4 de Julio de 2018
Hubert Cecil Booth homenajeado por Google en el 147 aniversario de su nacimiento.
Google homenajea en su web de Perú, Chile, Argentina, Reino Unido, Francia, República Checa, Lituania, Estonia, Bulgaria, India y Corea del Sur a el ingeniero Hubert Cecil Booth en el 147 aniversario de su nacimiento.
Hubert Cecil Booth nació en Gloucester, (Inglaterra) el 4 de julio de 1871. Ingeniero británico, conocido por ser el inventor de una de las primeras aspiradoras eléctricas y el diseñador de norias, puentes colgantes y fábricas.
Recibió su educación en la Universidad de Gloucester y la escuela de ese mismo condado por parte del maestro titular, el reverendo H. Lloyd Brereton. Después de aprobar un examen de ingreso, asistió en 1889 al Central Technical College de Londres. Allí completó un curso de tres años en ingeniería civil y mecánica con el profesor William Cawthorne Unwin. Obtuvo su Diploma de Miembro Asociado (ACGI) del departamento de ingeniería. y se convirtió en estudiante del Instituto de Ingenieros Civiles.
La idea de la aspiradora nació de las preocupaciones del propietario de una tienda de objetos de porcelana norteamericano, alérgico al polvo, M.R. Bisselll y su barredora o cepillo giratorio, que patentó en 1876 con el nombre de Grand Rapids.
Pero la primera máquina extractora de polvo, como la denominó su inventor, en 1898, se presentó en el Empire Music Hall, de Londres. Se trataba de un artefacto que hoy no merecería el nombre de aspiradora, ya que consistía en una máquina provista de una caja metálica en cuyo interior se alojaba una bolsa de aire comprimido. El aire se proyectaba sobre la alfombra, con la pretensión de que el polvo y las partículas de suciedad se depositaran en la caja..., cosa que lógicamente no ocurría. Ocurría todo lo contrario.
A aquella extravagante demostración asistió un joven inglés, Herbert Cecil Booth, quien insinuó la conveniencia de que en vez de expirar el aire, lo que la máquina debería hacer era aspirarlo. Booth pasó algún tiempo dándole vueltas en la cabeza a aquella idea, hasta que dio con la solución. Escribió en su cuaderno de notas: “Hoy hice el experimento de aspirar con mi propia boca el respaldo de una silla tapizada en un restaurante de Victoria Street; el polvo me hizo toser estruendosamente, pero conseguí aspirarlo”. De hecho, la primera aspiradora fue la boca de su inventor, quien había comprendido que el secreto residía en encontrar un tejido de urdimbre espesa para utilizarlo como filtro, cosa que encontró en 1901. Aquel año patentó su invento. Sin embargo, existían antecedentes de un invento parecido. En 1869, otro inglés, G. Mc. Gaffey había registrado un aparato con aquellas pretensiones. Y meses antes que Booth, el fontanero norteamericano D.E. Kenney patentó por primera vez un modelo de aspiradora, aunque se le concedió la patente ya en 1907.
El invento de H. Cecil Booth era muy rudimentario. Un armatoste pesado y de enormes proporciones. Constaba de bomba, cámara de polvo, motor... y una carretilla para llevarlo de un sitio a otro. Su larga manguera flexible se introducía por la ventana mientras se ponía el aspirador en marcha; eran necesarias dos personas para manipularlo.
Los primeros clientes de H.C. Booth fueron los dueños de grandes locales públicos, como teatros, hoteles. Su primer encargo le vino de la Abadía de Westminster, para aspirar el polvo de la enorme alfombra que cubría su suelo, y que pisaría el rey Eduardo VII en 1901, en la ceremonia de su coronación.
Falleció el 14 de enero de 1955 (83 años) en Croydon, Inglaterra.
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