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sábado, 7 de julio de 2018

Tanabata 2018


7 de julio de 2018
Tanabata 2018

Google cambia el logo de su web en Japón para celebrar una de las fiestas tradicionales más bellas de la cultura tradicional oriental, Tanabata.

Las raíces de esta fiesta se hallan en una antigua leyenda china que aún se celebra, aunque con diferente nombre, allí se la conoce como la fiesta del doble siete o Qi Xi (el tradicional día de los enamorados en China) y que se celebra en agosto.

El 7 de Julio de cada año, en la séptima noche de la séptima luna se celebra Tanabata, corresponde a la cuarta de las cinco festividades estacionales (Gosekku). Las raíces de esta fiesta se hallan en una antigua leyenda China que llegó a Japón durante el período Nara (710 d.C – 794 d.C), institucionalizada durante el reinado de la emperatriz Kouken, alrededor del año 750.

Esta leyenda tiene como protagonistas a dos estrellas en lugares opuestos de la Vía Láctea: Altair, el “Pastor de vacas”, y Vega, “Doncella tejedora”. Altair es la estrella más brillante de la constelación del Águila; su nombre viene del árabe, que significa “águila voladora”, se ubica a unos 17 años luz de la Tierra. En cuanto a Vega, estrella de la constelación Lira y la más brillante del hemisferio norte; se encuentra a unos 26 años luz de la Tierra.

Entre ambas estrellas discurría el Gran Río Celestial, es decir, la Vía Láctea (amanogawa), sobre la que las urracas forman el puente. Las estrellas protagonistas de esta leyenda junto a Deneb (en la constelación de Cisne) forman el llamado Triángulo Estival del Hemisferio Norte.

Esta es una de las versiones de su leyenda:

Un dios llamado Tenkou (Dios del cielo) tenía una hija preciosa, la princesa Orihime (princesa tejedora). Además de su belleza también destacaba por su cualidad de tejer magníficamente, por lo tanto se encargaba de confeccionar los vestidos de los dioses del cielo. De esta forma trabajaba todos los días incansablemente al lado de un río en el cielo llamado Amanogawa (río celestial, para nosotros la Vía Láctea), con una tejedora mágica llamada Tanahata.

Debido a la cantidad de tiempo que le demandaba su trabajo en su telar sin permitirse ni un solo descanso, su padre preocupado por su felicidad, buscó un hombre que pudiera cuidar de ella y hacerla feliz. Entonces le presentó a un joven cuidador de bueyes llamado Kengyu, el amor a primera vista unió a ambos y terminaron casándose.

El profundo amor que se profesaba la pareja provocó que olvidasen sus tareas, de modo que los dioses se encontraron sin vestidos nuevos y los bueyes del joven se desperdigaron por el cielo. Por lo tanto Tenkou, el dios del cielo y padre de Orihime, se encolerizó, decidiendo separarlos y prohibiendo que se vieran. Para ello se encargó de colocarlos a cada uno en un extremo del Amanogawa.

Kengyu y Orihime al verse apartados el uno del otro sufrieron una profunda tristeza y se sintieron sin fuerzas para volver a trabajar. No obstante, Tenkou reflexionó sobre esta desdichada situación y se compadeció de ellos. Tenkou les concedió un favor, si trabajaban duro durante todo el año les permitiría reunirse un solo día, el día 7 de julio. Ante esta promesa Kengyu y Orihime trabajan con dedicación durante todo el año para volver a juntarse ese único día, el día de Tanabata. Para que se efectúe el encuentro se forma sobre la Vía Láctea un puente construido por unas urracas a fin de permitir que los dos amantes puedan cruzar.

Por lo tanto este día se ha convertido en el festival de las estrellas, donde Kengyu representa a Altair, y Orihime a Vega. Se dice que la reunión de estos amantes les provoca tanta felicidad que conceden deseos a todos aquellos quienes los pidan.

Como se celebra esta fiesta en la actualidad.

En las casas pueden encontrarse ramas de bambú decoradas con franjas de papel de variados colores (tanzaku), en donde se hallan escritos los deseos de cada persona, los lugares elegidos para instalar estos arreglos pueden encontrarse tanto en jardines como en lugares visibles de las casas o en las puertas.

Desde la era Edo (1603-1868) se empezó a adornar los árboles de Bambú. Antiguamente las franjas de papel eran de cinco colores (rojo, verde, amarillo, blanco y negro) porque representan los 5 elementos (fuego, madera, tierra, metal y agua, respectivamente) con poemas que halagaban a los amantes y las cañas de bambú recién cortadas, puestas en los tejados de las casas.

En el espacio público las calles se decoran con adornos de papel, es decir enormes serpentinas que imitan a las estrellas de la Vía Láctea donde ellos vivieron, se organizan desfiles, se instalan ferias y por la noche se hacen fuegos artificiales. La vestimenta incluye el uso de Yukata en vez del Kimono, por ser mucho más ligero y adecuado para la estación veraniega.

Al finalizar esta celebración, por tradición las ramas de bambú, las cintas junto con las peticiones se dejan en los ríos con la intención de que lleguen al río celestial de la Vía Láctea a fin de que sean contestadas y que sus deseos se hagan realidad.

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