Seollal, Año Nuevo Coreano 2020

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25 de Enero de 2020

Seollal, Año Nuevo Coreano 2020

Seollal es el año nuevo lunar en Corea de Sur. Al igual que sucede en otros países asiáticos, esta festividad es la más importante de cuantas se celebran durante el año, ya que además los coreanos disponen de tres días libres.

El término "seollal" por lo general hace referencia a Eumnyeok Seollal (año nuevo lunar), también denominado Gujeong. Menos frecuente es el uso del término, "seollal" para referirse al Yangnyeok Seollal (año nuevo solar), también denominado Sinjeong.

En Corea se declaran como festivos también el día anterior y el posterior al Seollal, de forma que hay un mínimo de tres días libres. Esto se hace así para que las familias tengan la oportunidad de reunirse, ya que es la única época del año (junto con el Chuseok del que ya hablamos el año pasado, Acción de Gracias en Corea del Sur, Chuseok o Día de la Cosecha. en que las familias se reúnen. En este sentido podría compararse con la Navidad occidental.

Estos días festivos son muy respetados, todas las empresas dan vacaciones a sus empleados, cierran tiendas y establecimientos que permanecen abiertos el resto del año.

Seúl la capital coreana se convierte en una ciudad de lo más tranquila durante el Seollal, ya que la mayor parte de las familias dejan la capital para visitar a sus familiares en sus ciudades natales, La ciudad parece algo desierta en esta época del año, excepto los palacios y los parques temáticos que son, probablemente, los lugares más concurridos durante el Seollal.

La preparación de la comida para año nuevo es algo que se hace con suma dedicación, es por eso que el día antes del Seollal los miembros de la familia se reúnen para preparar los platos de la festividad, que se componen aproximadamente de 20 variedades, ya que se cree que el sabor y el aspecto de la comida determinará el nivel de satisfacción de los ancestros. Preparan una mesa llena de alimentos frescos y muy bien presentados. En esta mesa, aparte de la carne, pescado y frutas que manda la tradición, se coloca un cuenco de arroz por cada uno de los antepasados fallecidos, remontándose tres generaciones. Detrás de la mesa se suele colocar un biombo con frases de buenos auspicios escritas con caracteres chinos.