3 de Abril de 2018
John Harrison homenajeado por Google en el 325 aniversario de su nacimiento.
Google homenajea en sus web de: Estados Unidos, Perú, Chile, Reino Unido, Irlanda, Suecia, Alemania, Estonia, República Checa, Ucrania, Serbia, Bulgaria, Grecia, Israel, Italia, Portugal y España, al relojero inglés John Harrison al cumplirse el 325 aniversario de su nacimiento.
John Harrison nació el 3 de abril de 1693 en Foulby, Yorkshire (Inglaterra). Relojero inglés, famoso por haber diseñado y puesto en funcionamiento el primer cronómetro marino de alta precisión, capaz de determinar la longitud con exactitud cuándo se han recorrido largas distancias. Su mérito principal es el haber resuelto el problema de la longitud mediante el empleo de cronómetros construidos por él mismo.
John era hijo de un humilde carpintero y no es de extrañar que ya desde los inicios de su juventud mostrara indicios serios de su gran habilidad en construir y comprender el funcionamiento de distintas maquinarias. Cuentan algunos biógrafos que durante un ataque de viruela a los seis años de edad tuvo que permanecer en cama, y durante este tiempo se dedicó a indagar y diseñar mecanismos de relojería, investigando una maquinaria real.
Se puede decir que durante los treinta primeros años de su vida fue un humilde carpintero que pasó desapercibido por completo. Acabó su primer reloj de péndulo en 1713 (antes de cumplir veinte años), y no se sabe cómo se pudo meter en semejante proyecto, y menos qué conocimientos previos aplicó. Este primer reloj puede verse hoy en día en una vitrina del museo del "Excelentísimo Gremio de Relojeros" en Guildhall (Londres). Lo singular de este reloj no es que fuera el primero de John si no que fue construido íntegramente en madera de roble y boj. Harrison construyó después otros dos relojes de madera, en los años 1715 y 1717.
Durante el periodo de 1725 a 1727 se asoció con su hermano James y construyeron relojes de caja y de pie, casi todos firmados por James, aunque no hay relojero hoy en día que tenga la menor duda sobre la autoría real de estos relojes.
En 1720 Harrison ya era un famoso constructor de relojes y Charles Pelham lo contrató para que construyese un reloj sobre la torre de su casa en Brocklesby Park (este reloj funciona hoy en día). Lo insólito de este reloj es que contiene todos los inicios y ensayos sobre lo que con el tiempo serían sus más afamados cronómetros, capaces de poder dar solución al problema de la longitud.
La conversación mantenida con el relojero e instrumentista George Graham catapultó a Harrison a realizar una serie de ensayos técnicos acerca de variantes de maquinarias de relojería. Así pasó cinco años hasta que logró dar con un diseño que denominó brevemente H-1 (Harrison primero) que funcionaba con ruedas dentadas de madera y cuyo aspecto no recordaba a ninguno de los relojes vistos hasta la fecha. Los hermanos Harrison hicieron un viaje por el río Humber para comprobar que funcionaba correctamente y en 1735 se entregó a George Graham, se convocó una expedición marítima hasta Lisboa para probar la precisión de la máquina y finalmente el 30 de junio de 1737 se reunió el Consejo (por primera vez en 23 años) para examinar la maquinaria. Harrison, en vez de dar por concluido su trabajo, solicitó más fondos.
En el año 1741 presentó otra maquinaria al Consejo: la H-2, y es el propio Harrison quien convenció a los miembros de que su trabajo no estaba acabado, por lo que esta maquinaria no se hizo a la mar. Harrison regresó a sus trabajos, intentando mejorar con una versión perfeccionada de la H-2.
Harrison, que por entonces tenía 48 años y vivía en Londres, se encerró en su taller y no se supo casi nada de él en los veinte años que tardó en construir la H-3. Nadie se explica que tardara dos años en construir un reloj de torre (cuando apenas poseía experiencia), que en nueve años construyese dos innovadores relojes y que en el H-3 empleara cerca de 20 años. No hay que olvidar que durante esta época de construcción del H-3, su hijo William, un adolescente, es muy posible que le ayudara.
Hubo un reloj más en la serie, el penúltimo, el H-4 de 1760, el más pequeño de la serie. El Consejo determinó en ese mismo año hacer las pruebas marítimas de ambos relojes (el H-3 y el H-4) en una travesía marítima en la que iría su hijo William y los dos relojes rumbo a Jamaica. El H-4 se retrasó solo cinco segundos tras ochenta días navegando por alta mar. A la vuelta del viaje el reloj cumplió con las expectativas fijadas por el Consejo, pero hubo problemas de última hora que pusieron en duda las comprobaciones realizadas en Jamaica por William.
Se propuso realizar otra prueba: en el año 1764 zarparon hacia Barbados y volvió a superar con éxito los ensayos. El Consejo tardó en aceptar los datos de este segundo viaje, pero mientras tanto, otras expediciones (entre las que se puede encontrar la del capitán James Cook) se van sucediendo, y todas ellas con gran éxito en sus resultados.
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