Día de la Reina de Holanda, Queen’s Day o Koninginnedag en Holandés.
Ámsterdam
tiene fama de ser una ciudad fiestera, llena de gente con ganas de pasarlo
bien, un poco de locura colectiva… Y la verdad es que todos estos atributos
“festivos y fiesteros” pueden verse en todo su esplendor durante Queen’s Day,
Día de la Reina o Koninginnedag en holandés.
Esta
festividad empezó a celebrarse a finales del siglo XIX con la intención de ser
un día de unidad nacional. Así pues, el 31 de agosto de 1885 se celebró el
cumpleaños de la princesa Guillermina dando nombre al día de la Princesa. En
1890 la princesa Guillermina fue coronada reina y, desde entonces, la
celebración se llamó Día de la Reina.
En
1948 la reina Juliana asumió el trono y la festividad se cambió al 30 de abril
para coincidir con su cumpleaños. En 1980, cuando la reina Beatriz (la reina
actual) subió al trono, decidió mantener la festividad el 30 de abril en honor
a su madre (además de por cuestiones prácticas, ya que su cumpleaños es el 31
de enero y parece que la climatología holandesa por esas fechas no es muy agradable).
Ya
veremos qué decidirá la próxima reina… pero por ahora, el 30 de abril significa
fiesta, ¡y grande!.
El 29
de abril empieza ya la juerga con lo que se llama popularmente la Noche de la
Reina, en la que pubs y bares de la ciudad organizan eventos especiales para
los jóvenes que disfrutan hasta las tantas de la madrugada (generalmente hay
que pagar entrada). El día siguiente, 30 de abril, se celebra el Día de la
Reina propiamente dicho… La fiesta atrae cada año a cerca de 700.000 personas…
pero es que nadie quiere perderse las actividades, conciertos y fiestas al aire
libre.
Los
principales conciertos suelen celebrarse en plazas como Museumplein y
Rembrandtplein, aunque encontrarás muchos otros también en Nieuwmarkt,
Leidseplein, Frederiksplein… y la lista sigue.
El día
de la Reina también es el día del vrijmarkt, es decir, de los mercadillos. El
30 de abril es el único día del año en el que la gente puede montar sus
estantes y puestos de manera gratuita para vender lo que quieran: ropa de
segunda mano, libros, juguetes, artículos varios, inventos originales… y todo
lo que puedas imaginar.
La
celebración no es exclusiva para adultos, así que en Vondelpark los más
pequeños pueden disfrutar de actuaciones teatrales, marionetas, juegos … Los
niños también participan en el mercado, así que muchos venden orgullosos
limonada casera o incluso interpretan su propia actuación de marionetas. ¡Lo
que sea para conseguir algún que otro euro!.
Las
fiestas en barcos navegando por el canal también son muy populares. Se llenan
de jóvenes que bailan al ritmo de la música mientras saludan a quienes, desde
las orillas, les miran. Eso sí, para estas fiestas, aunque sean de día, también
hay que pagar entrada.
Y
todavía no lo he dicho pero imagino que lo sabrás… ¡VE DE NARANJA! El Día de la
Reina es el día de unidad nacional y todos los holandeses lucen, orgullosos,
todo tipo de prendas de ropa o pintura corporal naranja.
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