26 de Marzo de 2018
45 aniversario del movimiento Chipko
Google celebra en su página web de la India el 45 aniversario del movimiento Chipko. El logo de hoy ha sido realizado por los dibujantes Svabhu Kohli y Viplov Singh
Chipko es el nombre con el que se conoce a un movimiento ecologista formado, fundamentalmente, por campesinos y pequeños artesanos empobrecidos de la India, donde la participación de las mujeres es especialmente notable, basado en el sarvodaya gandhiano y la resistencia no violenta.
Desde su inicial actividad hacia la defensa del medio natural y rural en el que viven sus integrantes, Chipko se ha decantado hacia la oposición a los organismos genéticamente modificados.
El movimiento Chipko nació en 1972, liderado por dos discípulas directas de Gandhi, Mira y Sarala Bhen, y algunas otras líderes locales como Sunderlal Bahuguna, en algunos distritos de la denominada colina de Uttark-Hand en el estado de Uttar Pradesh. El movimiento fue la contestación a la explotación creciente e irracional de los recursos forestales en el área, en la cual, durante los años 60, se llevó a cabo la tala de bosques y la roturación de nuevas tierras para la agricultura extensiva y el pastoreo, que estaban destruyendo los recursos y mermando las formas tradicionales de explotación y gestión comunal de la tierra.
En sus inicios, Chipko fue un movimiento autónomo, desligado de otras iniciativas como los Amigos de la Tierra (1969), Greenpeace (1971) o la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, celebrada en Estocolmo (1972).
La palabra Chipko procede de la lengua hindi y su significado es abrazar. El nombre alude a su acción más conocida, llevada a cabo en el valle Doon, desde 1986 a 1988, donde los activistas, mujeres en su mayoría, se abrazaban a los árboles para entorpecer e impedir su tala. Realmente, lo que hacían era atarse a sus troncos. Cada activista adoptaba un árbol y se ataba a él, intentando resistir hasta el agotamiento.
Aunque sus objetivos son medioambientales y sociales, el movimiento es fiel a los ritos hinduistas. Por ejemplo, las mujeres atan rakhis amarillos —hilos sagrados— alrededor de los árboles para señalar su relación con ellos y proporcionarles protección; asimismo, en esta ceremonia ofrecen lecturas del Bhagavad Gita, un texto sagrado del hinduismo, para afianzar esa protección simbólica.
Las historias religiosas han servido para aumentar la conciencia medioambiental, relacionando a ciertas deidades hindúes, como Krishna, por su conocimiento sobre la bondad, utilidad y santidad de los árboles. Asimismo, las formas de expresión de la resistencia a la tala se han extendido a cánticos espirituales, rezos y otros rituales. Un ejemplo muy notable en este sentido han sido las marchas simbólicas llamadas padyatras (que evocan la imagen de las peregrinaciones a los santuarios religiosos del hinduismo) por las villas y pueblos cercanos al Himalaya para aumentar con ello el proceso de concienciación para su conservación. Así, asociando los bosques a los textos sagrados hindúes, el movimiento ha mantenido una fuerte unidad social y un importante respaldo moral más allá de sus propios militantes.
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